Siempre verde y bonito
No se seca, no amarillea ni se llena de calvas como el césped natural. Siempre luce perfecto sin importar la época del año
Cómodo y agradable al tacto
No es áspero ni duro como otros céspedes artificiales. Se siente suave al caminar descalzo o tumbarse sobre él.
Dura muchos años sin deteriorarse
Resiste bien el sol, la lluvia y el uso diario sin perder color ni apelmazarse, manteniendo su buen aspecto por mucho tiempo.
Ideal para familias y mascotas
No genera barro, no suelta sustancias tóxicas y no acumula bacterias, por lo que es seguro para jugar sobre él.
Buena relación calidad-precio
Es una opción equilibrada entre estética, resistencia y costo, ofreciendo calidad sin ser de los modelos más caros.